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martes, 2 de junio de 2015

Quiero ver el mar / Urtx-Collioure

El primer post que escribí en este blog lo titule <<Experiencias que crean necesidades>>. Han pasado tres meses y considero que es más que acertado. No sé si es por mi situación en estos momentos, pero la bici, y los viajes en bici me transmiten unas sensaciones que podrían ser clasificadas hasta de viciosas, ya que tengo la necesidad de obtener más y mi cabeza no para de darle vueltas a nuevos retos, aventuras o excusas para coger la bicicleta y pedalear.

En esta ocasión la excusa o reto que mi cabeza tenía que pensar debía poder realizarse máximo en cuatro días, ya que ahora mi escueta y poco remunerada situación laboral hace que de lunes a jueves me pueda dedicar entre otras cosas a contemplar las nubes.

Las premisas estaban claras, pocos días, poco dinero. Así que pensando me acorde que unos amigos me comentaron que hay un autobús que desde Perpignan te trae a Bourg-Madame, un pueblo a siete kilometros de donde vivo, por la lujosa cantidad de un euro.


Me puse a recabar información y por recomendación de amigos cambie el destino. Collioure, pueblecito en la costa francesa, muy cerca de la frontera con España y cerca también de Perpignan.

En mi cabeza se juntaron las palabras costa, finales de mayo, bicicleta, vuelta un euro y ya tenía la excusa  –quiero ver el mar-, así que trace la ruta y salieron unos 160 kilometros atravesando parte del Pirineo hasta llegar a ver el Mediterráneo.

Al conocer estas distancias el plan de ruta lo traslade a intentar realizarlo en dos días, y así comprobar si era factible porque siempre es más fácil que la gente tenga dos días libres que cuatro y así poder disfrutar de un plan entretenido y posiblemente bonito.

¿Por qué entretenido y bonito? Solo hace falta empezar a pedalear y los kilometros te van respondiendo.

Porque es un plan que depende la época del año no hay ni que madrugar.  Salí a las 12:30 de casa y pedalee con buena temperatura todo el día.



Porque Pirineos te regala paisajes elijas carreteras asfaltadas o pistas de tierra.




Porque al paso por Odeillo podrás conocer uno de los dos mayores hornos solares que hay en el mundo, donde principalmente se estudia el comportamiento de los metales al someterlos a temperaturas extremas, unos 3000 ⁰C, casi casi como lo que sentí en Marruecos :)


Porque es una ruta exigente subiendo puertos de montaña, pero agradecida y divertida bajándolos.




Porque a mitad de la ruta podrás descansar en Villafranche-de-Conflent, pueblo incluido en la lista de los más bellos de Francia y patrimonio mundial por la UNESCO. Lleno de historia porque sus orígenes datan del año 1090, sus muros han vivido múltiples batallas por su conquista, siendo en el año 1918 cuando el temor a nuevos conflictos desapareció y pudo ser desmilitarizado. Ahora, sus calles respiran tranquilidad, antigüedad renovada y multitud de detalles. Si algún día te encuentras entre sus muros, mira a las montañas que la rodean, en una de ellas encontrarás un castillo que vigila los valles, es el Fort Liberia y está conectado con la ciudad por una escalera subterránea de 734 peldaños.






Porque podrás encontrar numerosos sitios donde dormir con precios de lo más variado. Yo elegí el de coste cero, donde pillé cuando el sol ya se acababa. Muchas veces estas noches son perfectas pero en esta ocasión no, el ruido del viento y de unos perros en una finca cercana hicieron que pudiera contemplar las estrellas casi toda la noche. ¡Para que dormir!


Porque a 45 kilometros de llegar a tu destino ya ves el mar, y eso como poco anima y atrae.


Porque los campos de cultivo te rodearan y con suerte (y por ser legal) encontrarás algún puesto donde podrás comprar la fruta de temporada directamente a los agricultores. A finales de mayo las cerezas, ¡brutalmente buenas!


Porque llegas a Collioure y disfrutaras del ambiente relajado de un bonito pueblo costero francés. Con callejuelas donde todo está cuidado y te sientes invitado a caminar, perderte por sus tiendas de artesanía, galerías de arte, murallas, castillos y la excusa de este viaje, el mar…








Y porque volver a casa cuesta muy poco, en mi caso de Collioure a Perpignan lo hice en tren (6,10 €) y de Perpignan a Bourg Madame en autobús (1€) sin problemas en ambos para meter la bici. Más tarde me enteré que de Collioure a Perpignan hay también línea de  un euro, así que la vuelta en total podría salir por  dos euros. ¡Un regalo! Más información sobre estos buses en este enlace: http://bus1euro.cg66.fr/



Solo hace falta una excusa o motivo para comenzar a moverse, los porqués te los vas encontrando por el camino.

Para más información y descargar el track aqui.