El primer post que escribí en
este blog lo titule <<Experiencias que crean necesidades>>. Han pasado
tres meses y considero que es más que acertado. No sé si es por mi situación en
estos momentos, pero la bici, y los viajes en bici me transmiten unas
sensaciones que podrían ser clasificadas hasta de viciosas, ya que tengo la
necesidad de obtener más y mi cabeza no para de darle vueltas a nuevos retos,
aventuras o excusas para coger la bicicleta y pedalear.
En esta ocasión la excusa o reto
que mi cabeza tenía que pensar debía poder realizarse máximo en cuatro días, ya
que ahora mi escueta y poco remunerada situación laboral hace que de lunes a
jueves me pueda dedicar entre otras cosas a contemplar las nubes.
Las premisas estaban claras,
pocos días, poco dinero. Así que pensando me acorde que unos amigos me
comentaron que hay un autobús que desde Perpignan te trae a Bourg-Madame, un
pueblo a siete kilometros de donde vivo, por la lujosa cantidad de un euro.
Me puse a recabar información y
por recomendación de amigos cambie el destino. Collioure, pueblecito en la
costa francesa, muy cerca de la frontera con España y cerca también de
Perpignan.
En mi cabeza se juntaron las
palabras costa, finales de mayo, bicicleta, vuelta un euro y ya tenía la
excusa –quiero ver el mar-, así que
trace la ruta y salieron unos 160 kilometros atravesando parte del Pirineo
hasta llegar a ver el Mediterráneo.
Al conocer estas distancias el
plan de ruta lo traslade a intentar realizarlo en dos días, y así comprobar si
era factible porque siempre es más fácil que la gente tenga dos días libres que cuatro y así poder disfrutar de un plan entretenido y posiblemente bonito.
¿Por qué entretenido y bonito? Solo hace falta empezar a pedalear y los kilometros te van respondiendo.
Porque es un plan que depende la
época del año no hay ni que madrugar.
Salí a las 12:30 de casa y pedalee con buena temperatura todo el día.
Porque Pirineos te regala
paisajes elijas carreteras asfaltadas o pistas de tierra.
Porque al paso por Odeillo podrás
conocer uno de los dos mayores hornos solares que hay en el mundo, donde
principalmente se estudia el comportamiento de los metales al someterlos a temperaturas
extremas, unos 3000 ⁰C, casi casi como lo que sentí en Marruecos :)
Porque es una ruta exigente
subiendo puertos de montaña, pero agradecida y divertida bajándolos.
Porque a mitad de la ruta podrás
descansar en Villafranche-de-Conflent, pueblo incluido en la lista de los más
bellos de Francia y patrimonio mundial por la UNESCO. Lleno de historia porque
sus orígenes datan del año 1090, sus muros han vivido múltiples batallas por su
conquista, siendo en el año 1918 cuando el temor a nuevos conflictos
desapareció y pudo ser desmilitarizado. Ahora, sus calles respiran
tranquilidad, antigüedad renovada y multitud de detalles. Si algún día te
encuentras entre sus muros, mira a las montañas que la rodean, en una de ellas
encontrarás un castillo que vigila los valles, es el Fort Liberia y está
conectado con la ciudad por una escalera subterránea de 734 peldaños.
Porque podrás encontrar numerosos
sitios donde dormir con precios de lo más variado. Yo elegí el de coste cero,
donde pillé cuando el sol ya se acababa. Muchas veces estas noches son
perfectas pero en esta ocasión no, el ruido del viento y de unos perros en una
finca cercana hicieron que pudiera contemplar las estrellas casi toda la noche.
¡Para que dormir!
Porque a 45 kilometros de llegar
a tu destino ya ves el mar, y eso como poco anima y atrae.
Porque los campos de cultivo te
rodearan y con suerte (y por ser legal) encontrarás algún puesto donde podrás
comprar la fruta de temporada directamente a los agricultores. A finales de
mayo las cerezas, ¡brutalmente buenas!
Porque llegas a Collioure y
disfrutaras del ambiente relajado de un bonito pueblo costero francés. Con
callejuelas donde todo está cuidado y te sientes invitado a caminar, perderte
por sus tiendas de artesanía, galerías de arte, murallas, castillos y la excusa
de este viaje, el mar…
Y porque volver a casa cuesta muy
poco, en mi caso de Collioure a Perpignan lo hice en tren (6,10 €) y de
Perpignan a Bourg Madame en autobús (1€) sin problemas en ambos para meter la
bici. Más tarde me enteré que de Collioure a Perpignan hay también línea de un euro, así que la vuelta en total podría
salir por dos euros. ¡Un regalo! Más
información sobre estos buses en este enlace: http://bus1euro.cg66.fr/
Solo hace falta una excusa o
motivo para comenzar a moverse, los porqués te los vas encontrando por el
camino.
Para más información y descargar el track aqui.
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