Volviste Juan. Nada estaba
claro, salvo que necesitabas el abrigo del cariño hasta hartarte a
sudar.
No era momento de trazar
planes. Era momento de acercarte a las emociones anheladas.
Te sentías solo. Tan solo
que la dulce soledad inquietante se volvió.
Baile de sensaciones y
emociones.
El miedo al cambio se ha
vuelto un compañero de fatigas, un amigo consejero que vicia de
adrenalina tu cuerpo.
Te llegaste a preguntar ¿Qué
clase de aguante tienes Juan?
El necesario respondiste.
Para qué más.
Oídos que supieron escuchar.
Pasos que te llevaron de vuelta a tu zona de confort.
Traicioneras dudas
solventadas por una familia y amigos que siguen sin decepcionar.
Abrigado vuelves a alzar la
mirada.
Acompañado vuelves a querer
caminar.
Subes a lo más alto. Desde
allí la dirección a seguir se vuelve a apreciar.
- Dedicado a todas esas
personas que siempre están. -
Gracias a Laura y a Carlos
por está subida al pico San Millán, el más alto de Burgos y desde dónde todo se ve más claro.
