Palabras, palabras sin parar, con sentido o sin sentido, eso
lo dicta el que hace el acto de escuchar.
Inundados de recomendaciones, consejos, avisos, advertencias
y frases de felicidad, de aquellos que utilizan las palabras como maquillaje.
De aquellos, que sonríen al público, mientras su sonrisa
gira ciento ochenta grados en la intimidad.
Me atreví a hablar de
expectativas, sin darme cuenta que estaba preso de ellas.
Me levantaron un espejo, al que así no puedo mirar.
No quiero una vida falsa provista de frases huecas.
Frases, que solo tienen sentido en los demás.
El cambio comienza en uno mismo, cuando te escuchas y
aplicas tu verdad.
Toma consciencia de tus palabras, pensamientos, decretos,
principios y valores.
Vive la vida haciendo honor a ellos.
Vive, dando ejemplo de ello.
Siente lo llenas que están las frases cuando afirmas con
rotundidad ante la pregunta
¿Eres ejemplo de tu verdad?