Otros deportes que me atraen para practicar en la montaña
son los descensos de barrancos y las vías ferratas ya que posibilitan conocer
espacios y rincones que de otra forma no podría.
Aprovechando que hoy por hoy el trabajo que me sustenta lo
realizo los viernes, sábados y domingos y que unos amigos habían planeado una
semana de barrancos decidí acercarme en mis días libres.
Domingo a las 18:45, salgo de trabajar y cojo el coche
directamente. ¿Dirección?
¡Los Alpes Marítimos!
Nueve horas de coche me separaban de mis amigos y de conocer
una de las zonas más barranqueras de Europa. No me iba a quejar de las
distancias porque dos de mis amigos, David y Quique, salieron desde Madrid, y a
Sergi lo recogieron en Barcelona, así que todos llevaban más horas de coche que
yo.
David y Sergi. |
Quique. |
Aunque el sueño tardó en aparecer gracias a comerme casi una
caja entera de cereales de chocolate al final dos estaciones de servicio
francesa hicieron de rincones perfectos para dormir un buen rato.
Aun así antes de que el último de mis amigos se levantara de
su placido sueño a la intemperie ahí llegaba yo. ¡Era la hora de barranquear!
El plan para el primer día era el barranco “Riou de la
Bollène” por la mañana y por la tarde ir al encuentro de una vía ferrata
llamada “Vía soterrada”.
En estos como en muchos otros deportes cobra una especial
importancia lo preparada que lleves tu mente para afrontar los riesgos a los
que te vas a enfrentar. Esa fortaleza solo se genera con la práctica y dado que
hacía más de un año y medio que no hacía ningún barranco ni ferrata mi
nerviosismo era patente. Aunque advierto que lo se disimular muy bien con una
sonrisa pronunciada :)
No os voy a aburrir contando los resaltes, los saltos, los
rápeles, los desniveles que hicimos en cada barranco. Más bien esta vez os voy
a mostrar paisajes que solo son accesibles a los ojos de los que practicamos
estos deportes y que a mi parecer son dignos de ser compartidos.
Según los vas recorriendo te vas dando cuenta de lo
privilegiado que eres o que somos, si mis amigos me permiten hablar por ellos.
Ayudados con cuerdas y todo el material que se vuelve imprescindible para
desarrollar una buena práctica somos capaces de afrontar cada una de las
pruebas que se nos presentan.
Sin olvidarnos de divertirnos como niños. ¡Niños que eligen
ir pisando los charcos!
La anécdota de este barranco fue que gracias a Sergi, que
estuvo muy atento y me agarro al instante de resbalarme, no caí por esta
cascada sin sujeción alguna. Uff, todavía tengo uno de los brazos doloridos del
golpe, pero si no es por esa mano posiblemente me dolerían muchas más partes
del cuerpo.
El siguiente escenario del día era “La vía soterrada”. Como
su propio nombre indica es una vía ferrata ¡¡¡bajo tierra!!! Yo particularmente
no había hecho nunca espeleología y no sé si realmente lo que hicimos se puede
definir como tal. Lo que sí sé que me alucinó.
Es como cuando probé en Disney Studios Park en París una
montaña rusa a oscuras. El medio en el que te estas moviendo no es nada
conocido para ti y eso ya simplemente crea adrenalina. Si a eso le juntas que
todo el suelo resbala, que solo ves lo
que tu frontal es capaz de alumbrar, que
tienes que sortear diferentes tipos de puentes,
que hay pasos donde agacharte y reptar es la única opción y una multitud
de escaleras que te llevan para arriba y para abajo se convierte en algo que
mereció mucho la pena vivir.
El siguiente día pinchamos un poco pero fuimos precavidos
porque el plan que teníamos se nos quedó en el tintero gracias a un cartel que
nos decía algo así como “Cerrado por problemas de seguridad” Así que buscamos
un camping y encontramos la que sería nuestra casa durante las siguientes dos
noches. ¿Tiene su encanto no?
El miércoles tocaba uno de los platos fuertes. El llamado
“Clue du raton”. Pasando un poco por alto los datos de mortalidad que nos ofrecía
Sergi, que daban un poco de miedo, a mí personalmente su nombre ya me creaba
respeto por imaginar en qué tipo de ratonera nos íbamos a meter.
En el momento de empezar me dije a mi mismo “por lo menos la
ratonera es bonita”, ya que durante toda la aproximación y el descenso predominaban unas características y preciosas rocas rojas talladas al capricho de las aguas.
Uno de los puntos a favor que tienen los barrancos en esta
zona es que aparte de estar bien equipados cada rápel esta numerado. Cuál es
nuestra sorpresa cuando el primer rápel marca que es el 35, ¡¡nos quedaban 34!!
Fue en uno de esos rápeles donde por mala pata y nunca mejor
dicho mi tobillo se torció más de la cuenta provocándome un esguince. Llevábamos
3,5 horas y todavía nos quedaban gracias a mi paso otras 3 horas.
Pudimos completarlo y disfrutar lo disfrutamos. Sobre todo
sus pasos encajonados.
Otro cantar fueron las consecuencias. Que en resumidas
cuentas mi cara mientras Quique me hacía un masaje lo dice todo.
Encima mis amigos como buenos amigos y equipo tuvieron que venirse antes porque
yo no podía conducir. Lo dije en su momento y aquí lo repito ¡¡¡Muchas gracias
equipo!!!
Por último y para rematar estos días de aventura sin casi
percances una de las ruedas de mi coche reventó. Para que llorar si puedes reír
debimos pensar todos, cuando asumimos entre risas que mi súper coche se quería
parecer a su dueño cojo y no se le ocurrió otra cosa que obligarnos a encontrar
un taller por medio de los Alpes.
No me extenderé más, solo diré que aun pasándome una semana
en cama mereció la pena. Ya que considero que siempre que se asumen riesgos te
llevas contigo un aprendizaje que te hace más fuerte y más sabio. También, como
en mi caso, te puedes llevar unas cuantas contusiones, pero esas con el tiempo
y entre amigos se recordarán entre risas.
Jejeje buen reportaje Juanillo!!!
ResponderEliminarmuchas gracias amigo!!!! : )
EliminarNo veas Joan, yo pensaba que había hecho barrancos..... estos son brutales!!!
ResponderEliminarFrancesc los Alpes Maritimos son brutales en el tema barrancos!! Ya te enseñaré más fotos si quieres cuando nos veamos :)
EliminarWowww si ya decía yo que hacía mucho que no te pasaba nada, para que abriré la boca ( ^_^!)
ResponderEliminarPero mereció la pena, las fotos son impresionantes, así que en persona debe ser una pasada.
Gracias chicos por cuidar de mi hermanillo!!!
Si que hacía tiempo si. Ojala pronto tenga la forma de hacer mejores fotos para acercar más la realidad a la pantalla. Porque de verdad que las fotos no hacen justicia con la realidad. :)
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